Hermanas fallecidas

Margarita Bourke - Nueva Zelanda
08/05/1923 - 08/04/2018

La Hermana Margarita nació en Epsom, Auckland, Nueva Zelanda, hija de  Morton Bourke, que era asesor contable y de Mary Bourke, nacida Kennedy.

Margarita fue alumna de la escuela primaria en el Marist Marist College, Mount Albert. Más tarde, siendo ya Hermana Marista, obtuvo del Instituto Loreto Hall el certificado para enseñar en la escuela primaria. En 1941, cuando tenía 18 años, entró en el noviciado de las Hermanas Maristas en Woolwich, Sídney.  Aquel año, las novicias y las postulantes tuvieron que dejar el campo para ir a una ciudad llamada Mittagong por temor a que los japoneses atacaran el puerto de Sídney. En 1943 tuvo que volver a su casa por razones de salud, entró de nuevo, esta vez a Karori, Wellington, donde fue recibida como novicia en 1945. Emitió los primeros votos al año siguiente.  

Durante su larga vida como religiosa Margarita sirvió en muchos lugares. Su primer nombramiento fue Putaruru. Enseñó además en Herne Bay, Mount Albert, y Karori. En 1981 se retiró de la enseñanza pero siguió ocupándose de otros apostolados: visitas a enfermos en sus casas y en el hospital Mount Albert y Whangarei, visitas a una misión llamada Motor en la parte septentrional y estando allí tenía su base en Moerewa, labor pastoral en Rawene, y visitaba también la cárcel, haciendo además de asistente-partera en Orakei, Auckland.  In 1996 Margarita se fue a Waitaruke donde siguió ocupándose de los pobres y de enfermos con la misma compasión que había mostrado a lo largo de toda su vida religiosa.   Durante su tiempo allí sufrió un terrible accidente de carretera y estuvo casi a punto de morir. Este accidente le dejó secuelas: dolores constantes muy difíciles de controlar hasta que llegó a la casa de reposo Kauri Lodge, hace unos tres años. Aquí pudieron aliviarle un poco el dolor, sin nunca quitárselo del todo. Al devenir menos independiente físicamente el personal la cuidaba con mucha delicadeza y atención. Su cabeza siguió siendo clara y le interesaba todo lo que ocurría allí donde vivía y en la Congregación.

A lo largo de toda su vida religiosa marista, Margarita escribió un número incontable de cartas a personas necesitadas: viudas, parientes, ancianos, jóvenes. Siguió haciendo esto aun cuando no le fue posible seguir viajando para encontrar a la gente en sus casas. En el funeral, muchos recordaron sus cartas, así como sus llamadas por teléfonos, y el apoyo que siempre recibían de ella.  

En los últimos meses Margarita se fue debilitando cada vez más y en marzo se vio claramente que no le quedaba mucho tiempo para vivir. Las Hermanas de Kaikohe y de Rawene, el personal de Kauri Lodge y su sobrina se iban turnando a su cabecera hasta que murió en la paz del Señor, en la tarde del 8 de abril.

Sus restos mortales fueron llevados por algunas horas a la vecina iglesia de Waitaruke y luego a la capilla del edificio que había sido antes convento. Y allí quedaron hasta el miércoles por la mañana visitada por un río de gente que quería ofrecer el último tributo a su amiga. El miércoles por la mañana sus restos mortales fueron llevados a la pequeña capilla para la misa de Réquiem, que fue concelebrada. A continuación fue enterrada encima de la colina en “Urupa”, el cementerio maorí, detrás de la iglesia, al lado de las Hermanas Aloysia y Rita.

Descanse en paz.

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