Nuestra semana fue un ritmo de varios eventos muy importantes. El 15 de septiembre hemos visitado Cuet, hogar del gran santo de Oceanía, Pierre Chanel. Después de Cuet viajamos a Cerdon. Oh, qué hermoso es seguir los pasos de nuestros fundadores y ser guiados a las fuentes de la vida. ¡Este es un terreno santo para nosotros, Cerdon, hermanas maristas! En este lugar sencillo, perdido entre los viñedos, comenzó el sueño del nacimiento de la Sociedad de María. En 1823 nuestras hermanas establecieron la primera comunidad. Recordamos el Acto de Consagración de nuestros predecesores al renovar nuestro "Sí" para seguir a Cristo. Qué alegría pararse en Mount Carmier y confiar nuestro viaje a nuestro primer y perpetuo superior. Allí, el padre de una familia local nos pidió que encendiéramos las velas, ya que era su turno de hacerlo. Esta tradición ha continuado desde 1854 con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. ¡Qué fe y lealtad!

 

 Un vino que alegra el corazón del hombre: esto habla de la calidad del vino espumoso de Cerdon.

 

El 16 de septiembre estábamos alrededor de la mesa con nuestras hermanas mayores: OOOOh sabiduría y juventud: ¡tus obras son hermosas, oh Señor! Estos fueron momentos de felicidad, alegría, paz y amor. Podemos cantar alabanzas con el salmista: ¡mira cuán bueno es, qué dulce es vivir como hermanas juntas!

 

 El 19 de septiembre visitamos Ars, este pequeño pueblo donde Jean Marie Vianney era párroco. Él era bien conocido por nuestros fundadores y envió muchas vocaciones a los maristas. Más tarde se convirtió en el Patrón de los sacerdotes de todo el mundo. Nos conmovió su sencillez, fe y confianza en la providencia. Tuvimos una gran visita gracias a Athanase, un hermano de la Sagrada Familia.

 

¡El día 21 celebramos el regalo de la vida de nuestras hermanas Lutgardis y Jeanne Marie! Nuestras hermanas jóvenes ciertamente se agregaron a la vida de la fiesta