Hermanas fallecidas

Loyola Grehan - Fiyi
27/12/1918 - 31/07/2019

 Queridos amigos, estamos aquí para encomendar al Señor a una de nuestras queridas hermanas, la Hna. Loyola, y para agradecer al Señor por el don de su vida y su vocación como Hermana Marista, rezando por su eterno descanso.

Cuando miramos hacia atrás, vemos que la vida de Loyola coincidió con acontecimientos significativos.

Loyola fue llamada al cielo en el día de su fiesta, San Ignacio de Loyola. Por ella, solo podemos alegrarnos de que Jesús, a quien ella amaba con tanto amor, viniera a buscarla, ya que había orado por esto durante tanto tiempo.

Nacida como Kathleen Grehan en el pueblo de Drummore, Irlanda Occidental, Loyola era la más joven de una familia de ocho hijos. Tenía tres hermanos y cuatro hermanas. A menudo hablaba de su infancia como un tiempo lleno de mucho amor; tenía una linda familia, de la que recibía mucho amor y donde aprendía a amar a los demás.

Fue este amor de su familia el que ella a su vez dio a sus alumnos y a cuantos encontró a lo largo del camino de su vida, a aquellos de nosotros que fuimos bendecidos por haber vivido con ella en los últimos años de su vida.

En septiembre de 1938, la Hna. Loyola se unió a las Hermanas Maristas en Inglaterra a la edad de 19 años. Después de su profesión en octubre de 1939, se le dio el nombre de Loyola. Estudió en el University College de Dublín en 1940.

Aquí de nuevo la vemos viviendo en la era de otra guerra mundial, la Segunda Guerra Mundial, que comenzó el 1 de septiembre de 1939 y terminó el 2 de septiembre de 1945. La Hermana enseñó en escuelas de Irlanda e Inglaterra mientras esa guerra se extendía por Europa y la mayor parte del mundo.

De 1947 a 1962 Loyola enseñó en Nueva Zelanda y Australia, donde fue directora del Woolwich College en Australia.

En 1962, la Hermana vino a Fiji y enseñó en el Loreto High School y luego en el Saint John's College. Todos la recuerdan como una mujer que enseñaba con pasión, esperando siempre lo mejor de sus alumnos, tanto en el aula como fuera de ella.

En 1983, jubilada del ministerio de la enseñanza, Loyola trabajó como bibliotecaria durante los tres años siguientes en el Seminario Regional del Pacífico y más tarde ayudó en el Centro de Oración y también en la Formación de Hermanas jóvenes.

La recordaremos por su gentileza, su preocupación por los demás y por cómo rezó por problemas de los demás y los hizo suyos. Fue paciente y agradecida y en su vida como Hermana Marista, fue compasiva, positiva y un modelo a seguir. Personalmente la recuerdo como alguien muy profunda, que nos ayudó a sacar lo mejor de nosotros porque ella dio lo mejor de ella misma.  

Qué más podemos decir de Loyola, nacida al final de la Primera Guerra Mundial, profesa como joven Marista al comienzo de la Segunda Guerra Mundial y profesa de votos perpetuos hacia el final de esa guerra en agosto de 1945.

Fue una persona significativa que comenzó su vida como Hermana Marista en un momento significativo de la historia de nuestro mundo.

Con todos vosotros aquí presentes, nosotras, las Hermanas Maristas, rezamos en acción de gracias por la larga y fiel vida marista de Loyola.

Hermana Margaret Sharma

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