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Sheila Mary Hunt

Hermanas fallecidas

Sheila Mary Hunt - Reino Unido
14/01/1925 - 12/01/2022

 La Hna. Sheila, una de las cuatro hijas del don Martin Hunt y su esposa Mary Phillips, se hizo postulante marista en octubre de 1943 e hizo su profesión perpetua el 15 de agosto de 1950. Uno de sus hermanos, Des, se hizo sacerdote marista. La familia vivía en Rooskey, Dooslatta, Ballymote, Co Sligo. Irlanda. La educación primaria temprana de Shelia tuvo lugar en la escuela primaria local de Derrikinlough Ballymote y continuó en la escuela primaria marista de Tubbercurry. Su educación secundaria comenzó en la Escuela Secundaria Marista de Tubbercurry y para su sexto curso y niveles A asistió al Torquay Technical College. Después estudió en el University College Exeter, donde se licenció con honores, y pasó a la Universidad de Oxford para obtener el título de maestra.

Siempre se dijo que la hermana Sheila Mary era una persona de muy alta capacidad, inteligencia, sabiduría y discreción.  Reconocida por su espiritualidad, que marcaba su integridad en la administración y en la dirección del personal y de los alumnos, era una verdadera educadora, que sacaba de todos y cada uno lo mejor de sus capacidades, su talento y su potencial.

Con sus estudios a cuestas, Sheila Mary adquirió una buena experiencia en la dirección: como jefa de departamento en el Marist High School Paignton y como directora en el Marist High School Manchester. A continuación, asumió la onerosa tarea de amalgamar el Marist High School Manchester y el St Thomas Aquinas High School en calidad de directora. El colegio Santo Tomás de Aquino acababa de ser reorganizado como colegio mixto, lo que supuso un nuevo reto para la hermana Sheila.  Su visión de la educación no se limitaba al aula.  Siempre fue consciente de la inserción en la Comunidad Parroquial más amplia y consideraba su trabajo como de extensión, enraizado en la Pastoral. El inspector local comentó: la Srta. Hunt tiene una gran motivación, es inteligente, eficiente, fiable, líder de personas y totalmente comprometida con el trabajo de la iglesia.

El señor Frank Leneghan, que pronunció el discurso de despedida de la Hermana Sheila, y que había trabajado con ella durante 19 años, la describió acertadamente como una mujer que lo daba todo por su vocación.  Su discurso estuvo salpicado de humor al describir a la Hermana como un manojo de energía. Se la veía con regularidad caminando enérgicamente por los pasillos, asomándose por las esquinas sobre todo cuando menos se lo esperaba, y nunca estaba quieta durante mucho tiempo. Afirmó que conservaba su energía aparentemente cabeceando o dormitando en los momentos no esenciales de una reunión rutinaria, pero que nunca se perdía nada.  Continuó... a través de todo ello le dio al colegio ese carácter marista tan especial - a través de su servicio a Cristo y a la comunidad.  Esto se ha reflejado en el ambiente de cuidado, la tolerancia y la amabilidad mostrada a las personas con problemas domésticos difíciles y en el trabajo realizado tanto a través de la escuela como de la parroquia para ayudar a los niños desfavorecidos o a los ancianos.

En un reciente homenaje, algunas antiguas alumnas -la clase de 1966- escribieron El ethos marista, inculcado en nosotras por la hermana Sheila Mary y otras hermanas, tuvo un gran impacto en nosotras y moldeó nuestras vidas.  A todas nos ha ido bien en nuestros trabajos y en la vida y hemos educado a nuestras familias en la fe.  La sala de profesores y el aparcamiento eran centros de amistad y hospitalidad. A la Hna. Sheila le encantaba celebrar los cumpleaños, las fiestas y todas las grandes ocasiones. Una celebración era "todo incluido". Era fiable hasta la saciedad, fiel a su palabra. Frank declaró que nunca era aburrido trabajar con la Hna. Sheila. Lo más constante de ella era su inconsistencia. Nunca una respuesta fácil a ningún problema. La Hna. Sheila siempre se vio a sí misma como una religiosa en primer lugar y como una directora de escuela que se esforzaba por ser siempre amable y humana cuando trabajaba con el personal y los alumnos. Al jubilarse, la Hna. Sheila se fue a trabajar a la Misión Marista de México en Ticoman, que le encantaba y donde siguió dando lo mejor de sí misma. La Hna. Mari Aranda, también mexicana, lo atestigua: La Hna. Sheila se portó muy bien en México; la gente pobre la quería, la gente que vive en el cerro. Tuve el privilegio de vivir con ella, estaba a cargo de una de las pequeñas iglesias.

Dondequiera que estuviera la Hna. Sheila, y cualquiera que fuera la tarea que se le asignara, era un miembro encantador de la comunidad, siempre positivo, cooperativo, alegre y rezador. Finalmente se retiró a Hythe en 2013, donde fue un ejemplo para todos por cómo sobrellevó la discapacidad de una tos crónica y nunca se quejó. ¡Esto no le impidió romper en una interpretación afinada de 'Danny Boy'!  La echamos mucho de menos.

En una visita a Hythe, la Hna. Grace le contó a Sheila el preciado recuerdo que tenía de verla rezar tanto tiempo en la capilla. La Hna. Sheila contestó: "Claro, cariño, ¡dónde más iba a estar!". Y añade la hermana Grace: Ahora reza por todas nosotras mientras se regocija para siempre.  

La comunidad notó el deterioro gradual de la salud de la Hna. Sheila, pero le gustaba estar con la comunidad hasta el final. Falleció en paz el 12 de enero en compañía de las Hermanas y cuidadoras, dos días antes de su 97º cumpleaños.

Esta oración de despedida fue compuesta por la Hna. Anne McCabe, que conocía a la Hna. Sheila desde que tenía 11 años:  

Despierte la hermana Sheila en presencia de los Santos Ángeles de Dios;

que las puertas del cielo se abran de par en par ante ella

que vea al Cristo que tanto ha amado y servido

con toda la compañía del cielo iluminada por el sol.

Amén. 

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