En la víspera de Año Nuevo, dos de nosotros estuvimos presentes en la Plaza de San Pedro cuando el Papa Francisco celebró las Vísperas y la Bendición dentro de la basílica. Rezamos junto a él observando las pantallas y escuchando - lo mejor que pudimos - a la mezcla de italiano y latín. El canto era hermoso! En el momento de la bendición celebramos en nuestro corazón a todas nuestras hermanas en todo el mundo. ¡Así que estuviste allí!

 

Después Francisco salió y caminó por las barricadas, saludando a la gente, al pesebre donde oraba. Para nuestra decepción, acabábamos de ser trasladado de nuestra posición ideal y nos encontramos detrás de gente más alta. Sin embargo, una vez más Francisco caminó por las barricadas, esta vez en nuestra dirección. De repente, fue como si una ventana se abriera y allí sonreía frente a nosotros, riendo y bromeando con una mujer en la primera fila. ¡Qué bendición para el Año Nuevo!

 

Estábamos tan conmovidos por todo el evento y particularmente por la generosidad de nuestro pontífice de 80 años de edad caminando todo el camino a lo largo de las barricadas y por su alegría como él lo hizo!

 

Su homilía en esta ocasión es una lectura obligada! Lo puedes encontrar aquí.