18/08/2021 - Brasil

Jeanne Marie Chavoin y sus hijas en misión en tiempos de pandemia.

“Inspirándonos en María, queremos escuchar la voz de Dios en los pequeños signos de vida, que nos llaman a anunciar, denunciar y testimoniar la esperanza del Reino en la noche oscura de la realidad socio-económica y política de nuestro pueblos ”. (277 - Fratelli Tutti).

Nuestra misión y presencia con las personas sin hogar nos ha llevado a buscar asociaciones con otras iglesias cristianas.

Nos gustaría compartir con ustedes dos experiencias que nosotros, como el gran educador brasileño Paulo Freire, describimos como "¡un signo de esperanza esperanzadora!" Oramos con el salmista: “Esperando, esperé… Esperando, esperamos… (Sal 39 (40).

Compartimos dos nuevas experiencias o acompañantes que necesitan rehabilitación por drogas.

El de 37 años, que llevaba 9 años casado, padre de dos hijos, aunque un hombre muy trabajador y responsable, tras la muerte de su madre, se metió en el mundo de las drogas y acabó en la calle. En su trayectoria callejera, conoció a una mujer de 29 años, madre, esposa que también tenía el mismo historial de involucramiento con las drogas. Se enamoraron y empezaron a compartir el mismo espacio. En diciembre del año pasado ingresaron a su esposa y las hermanas la visitamos en el hospital varias veces. En enero de este año, fue hospitalizada con covid19 y murió. No pudimos despedirnos de esta hermosa mujer, y ni siquiera sabemos dónde fue llevado su cuerpo. A partir de entonces, el drama solo aumentó para su joven esposo. Dormía frente a la casa de las hermanas porque, según él, allí encontraba seguridad y protección. Un día preguntó de rodillas que ya no podía soportar esa vida de sufrimiento. Y fue asombroso cómo Dios escuchó su desesperación y al día siguiente las luces comenzaron a aparecer y pronto lo estaban preparando para su hospitalización en la clínica.

Una experiencia única de acoger a alguien que había caído en la calle, ayudar con su baño y preparar sus pertenencias para tener un lugar donde descansar y tener un poco de dignidad. Pero al llegar a la clínica, para nuestra sorpresa, también dio positivo por covid 19. Y María siempre dándonos fuerzas para esperar que a pesar de la fragilidad del joven y el hecho de que compartiera este espacio con otros 40 hombres, fuera posible quedarnos en aislamiento y un mes después regresamos al lugar para una visita especial que, según el coordinador de la casa, estaba programada para las 14:00 horas pero a las 8:00 horas ya estaba vestido y esperándonos.

Juntos cantamos: El Señor obra en nosotros Maravillas y Santo es Su Nombre.

Ya han sido 4 meses de lucha, desafíos y logros. Nuestra ardua y feliz misión es ahora ser el contacto con su familia. Ya hemos logrado localizar a los hermanos, el padre anciano de 82 años y estamos deseando conocer a sus dos hijos de 5 y 8 años con mucha ilusión.

La segunda persona que ingresó fue más reciente, hace menos de un mes. La Sra. Marisa, de 54 años, madre de niños, pero la familia, incapaz de hacerle frente, le pidió que se fuera de la casa. Después de pasar 2 años en la calle, y cuando sentía las fuerzas y podía arreglárselas, venía a almorzar a la casa de las hermanas. En otras ocasiones, cuando no le llevaban comida, pasaba días sin comer. También nos pidió ayuda, ya que ya no soportaba la vida en la calle. Un hermoso día como cualquier otro día, nos sorprendió encontrar una vacante y el momento fue muy emotivo, ya que dos niños vinieron a conocer a las hermanas y abrazar a la madre, habiendo vivido con la esperanza de que llegara ese momento.

Esta experiencia tuvo lugar la víspera de la fiesta de nuestra fundadora y confirma que debemos confiar porque ¡Dios no está muerto! Y con el Papa Francisco, queremos decir que cuando miramos al pasado, tenemos el sentimiento de GRATITUD. Porque muchas vidas logramos tocar y ser tocados, mucha solidaridad, mucha gente se nos unió en la misión y en los largos viajes. ¡Muchos miedos, angustias, desafíos y alegrías vividas! Mirando el presente, el ardor de la PASIÓN nos lleva al compromiso con la justicia del Reino de Dios anunciado por Jesús de Nazaret. En cuanto al futuro, lo abrazamos con la motivación de la ESPERANZA en el Señor de la Vida, ¡que no nos abandona!

Segura de que la esperanza de la presencia de las Hermanas Maristas entre los pobres y vulnerables hace crecer la creatividad y el atrevimiento en la Misión en la Iglesia y en la sociedad, siendo cada vez más desconocidos y escondidos en el mundo, haciendo grandes cosas por Dios, como nuestro venerable P. . Colin nos invita.

Juntos podemos responder al mundo y no solo reaccionar ante el mundo.

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