Hermanas fallecidas

Kathleen Dillon (Sr Bernard) - Reino Unido
25/04/1930 - 24/08/2018

 Kathleen Dillon, conocida por muchos con el nombre de Hermana  Bernard nació el 25 de abril de 1930, quinta de los once hijos de Michael y Bridget Dillon, en Balchaun, Charlestown, Condado de Mayo Irlanda. Con los ocho hermanos y las dos hermanas, Kathleen experimentó alegría, felicidad y seguridad en esta familia feliz, amante de la diversión.

Kathleen recibió su educación temprana en la Escuela Nacional local y en la Escuela del Convento Marista de nivel secundario en su Charlestown natal.

Creció en una familia católica y devota y al finalizar la educación secundaria, al pensar en el futuro, para Kathleen llegó al momento de tomar decisiones a la temprana edad de 17 años. Una sobrina escribe: “Desde muy temprana edad supo que había sido llamada a la vida religiosa” y con una tía dominicana de clausura en los Estados Unidos, hubiera podido seguir ese camino. Sin embargo, “su familia  - con emociones encontradas -  la vio entrar en el Noviciado de las Hermanas Maristas de Santa Brígida en Carrick-on-Shannon” y sus padres, al igual que muchos otros padres irlandeses, vieron a otro miembro de la familia mudarse a una experiencia en aquel entonces muy común para los padres Dillon. Cuatro de sus hijos emigraron. 

Después de su primera profesión, el 28 de febrero de 1951, se trasladó a Sunninghill England. Desde allí cursó estudios en la Escuela de Formación de Maestros de La Sainte Union en Southampton y al obtener su Certificado de Maestra en Educación, la hermana Kathleen regresó a Sunninghill donde enseñó en la Escuela Parroquial de San José, Bracknell Berkshire. Se trasladó de allí a Hythe, Kent, donde trabajó en la escuela primaria católica de San Agustín, siendo luego directora durante varios años.

Al completar su mandato como directora, la hermana Kathleen, asumió responsabilidades menores en las comunidades de Inglaterra y en Stirling, donde pasó algún tiempo. En 1982 fue enviada al convento marista de Fulham, Londres SW6. Aquí, volvió a las salas de clase en la Escuela secundaria y disfrutó de la enseñanza hasta 1990, cuando tuvo un descanso para recobrar energías físicas y espirituales.

Siempre particularmente interesada en la catequesis, siguió cursos para actualizar los métodos que se estaban reconsiderando y actualizando en ese tiempo para dar catequesis. En 1994, Kathleen siguió un curso de RICA en Heythrop College Cavendish Square, en Londres. 

Cuando se retiró de la enseñanza, se entregó al trabajo de la parroquia y al apoyo de causas de gente necesitada, sobre todo en el ámbito de ‘Church in Need’.

La hermana Kathleen disfrutó mucho de su ministerio en el aula; los niños la querían y sus padres la apreciaban. Tenía un interés especial por los niños que necesitaban ayuda y que iban ganando confianza y éxito, al sentirse seguros y aceptados en las aulas.  Dio lo mejor de sí como educadora. Y lo mismo hizo en su ministerio parroquial, mostrando siempre que lo que realmente le importaba era la relación con los demás.

Después de un breve período de tiempo en el ministerio parroquial en Walsall, fue descubriendo que sus energías disminuían y se trasladó al convento de Hythe, donde continuó aportando a la vida comunitaria y pudo disfrutar de un ritmo más lento.

La hermana Kathleen se dedicaba también a su familia y apreciaba su cálido y cercano interés por ella, cariño que devolvía orando por la familia. Una sobrina comentó que su visión y sus consejos han sido inestimables. Sus visitas a Irlanda y Manchester fueron momentos muy intensos para ella y su familia. Apreciaba mucho a su familia y las vacaciones que pasaba con sus allegados eran especiales para Kathleen.

La hermana Kathleen era por naturaleza una persona devota y apreciaba enormemente el estilo de vida marista que había elegido a la temprana edad de diecisiete años. A lo largo de su vida,  su fuerte fe y un amor especial por Nuestra Señora le fueron de mucho apoyo y le permitieron enfrentar sus dificultades con valor y seguridad confiando en la oración. 

Poco a poco, la hermana Kathleen fue experimentando una desaceleración constante y su movilidad se deterioró. Con la ayuda de un deambulador para caminar, pudo bajar a la capilla y al piso de abajo. Era evidente que estaba empezando a sufrir también por deterioro de la memoria, una condición que limitaba enormemente su movimiento independiente. A medida de que esta condición avanzaba, se hizo evidente que necesitaba más atención especializada que la que se le podía dar en Villa María y se la encomendó al cuidado de Applecroft Care Home, Sanctuary Close, River, Dover Kent. Las hermanas y los cuidadores de Villa Maria iban a visitarla con la hermana Sheila Kenny, semanalmente. Las hermanas de New Malden la visitaban regularmente también.

Los miembros de su familia de Irlanda la visitaban con frecuencia y la alegría era que generalmente los reconocía.

El Padre Copsey de la Sociedad de Nuestra Señora de la Santísima Trinidad de Hythe la visitó con frecuencia, y recibía también las visitas de miembros de nuestras comunidades, cuando se encontraban en la zona.

Era evidente que la salud de la hermana Kathleen se estaba deteriorando. Sin embargo, se levantaba casi todos los días y permanecía en su habitación o descansaba tranquilamente en la sala común cuando se sentía capaz de hacerlo.

Muy pacíficamente, la hermana Kathleen murió el 24 de agosto rodeada por la oración de las hermanas maristas, en cuyas oraciones diarias por los enfermos se la recordaba especialmente. Que descanse en paz.

Después de una misa de Réquiem en Villa María el 12 de septiembre, a la que asistieron su hermana de Irlanda, su hermano, sobrinos de Irlanda e Inglaterra y las comunidades maristas, los restos mortales de la hermana Kathleen fueron llevado al cementerio de Hawkinge, donde ahora descansa en compañía de otras Hermanas Maristas, a la espera de la recompensa eterna.      

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